QUÉ FÁCIL
Es fácil correr y avanzar,
pero ¡qué bello es aprender a esperar!
La vida es como la siembra.
Hay momentos para sembrar,
otros para cosechar.
Hay plantas que dan sus frutos rápidamente,
otras que pueden llevar años.
Aprender a esperar,
pues el sol no va a nacer antes de la hora,
ni el día va a tener una hora más.
¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío. Salmos 42.5
Etiquetas: reflexiones
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